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Ayer, a eso de las tres. 24 enero 2010

Posted by eltoquedeseda in Suicidio.
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Hoy, a eso de las diez, decidí que no saldría de casa en todo el día.

He asumido la situación y me he caracterizado para ello. Pantalón de pijama de rayas de fibra, jersey gordo de lana con bolas, despeine a lo Ferran Adrià, ojos inyectados a lo Ferran Adrià, calcetines gordos de deporte, zapatillas de estar por casa mordidas por el perro, sobrepeso, palidez cutánea, bolsas y ojeras.

La pena es que ayer me afeité después de un mes sin hacerlo y eso hace que el conjunto no sea todo lo redondo que uno quisiera. Aún así, creo que me acerco lo suficiente a la imagen que el mundo y yo tenemos de un enfermo mental encerrado en su caravana esperando que el paso del tiempo acabé la jugada.

He valorado las cosas que me pueden hacer salir de casa y los motivos por los que no voy a hacerlo:

1.- Pasear al perro.

Anoche le dio mibello un baño y le aplicó la esencia de vainilla y el champú especial para pelo rizado -si, ya sé, mientras la gente se muere de hambre en mundo; ¿acaso pensabais que desaprovecharía la oportunidad para torturarme por ello?-. Fuera está lloviendo y hace frio. Volvería mojado y lleno de barro. Es muy peludo, el pobre.

2.- Consumir.

Por lo general, gastar dinero es una de las actividades que más me tranquiliza. La pena es que se me acabó el dinero. Debo esperar a la siguiente remesa.

3.- Ir al gimnasio.

El gimnasio ya está pagado, así que puedo ir cuando quiera. Aunque nunca vaya. Pienso en mi deterioro físico y mental, pienso en buscar aparcamiento, pienso en hacer la mochila y en lo contracturado que estoy. Pienso en la gente a la que me encontraré allí y se acabó. No tengo ánimo para todo eso.

4.- Ir al cine.

De las pocas cosas que me apetecen de verdad es ir al cine. A pases raros y películas interesantes. El ideal: los lunes a las 4 de la tarde cine coreano en v.o.s.e. Quiero ir a ver «La cinta blanca» de M. Haneke, pero tengo que desplazarme en coche. Y para poder usar el coche tengo que ir primero al mecánico y para eso tengo primero que tener dinero.

Así que van pasando los días, días que parecen torres; y las semanas, semanas que perecen solas; y los meses, meses que se juntan y fabrican años. Pasa la vida.

Spotify: Pasa la vida/Patanegra

Aunque no es de mi negociado, ayer, a eso de las tres, volví a ver un Telediario, de la 1.

Se necesitan fuerzas.

Un trágico terremoto en el país más pobre de América, Haití; un gobierno, el del Ayuntamiento de Vic, al que le gustaría poder negar la vecindad administrativa a los no-españoles a los no-europeos y a los no-ricos -como existe la emigración/inmigración interior, no usaremos el termino emigrante/inmigrante-.

En Vic gobierna una coalición de tres partidos: uno tiene la palabra socialista en sus siglas; otro tiene la palabra izquierda en las suyas. A la vez  y en el mismo planeta, EE. UU. regulariza a través de un proceso extraordinario a los nativos de Haití residentes de forma no-legal en su territorio para permitir el envío de remesas al país que palien la tragedia. Aquí, en esta ciudad, las emisoras de radio emiten programas especiales donde la gente va y lleva lo que puede. Y lo cuentan en directo «Yo estoy en el paro, pero quiero dar 10 euros para el terremoto». Se refiere, criatura, para los haitianos.

Nadie está a salvo de la demagogia, el populismo, el sentimentalismo o la indolencia. No hay un alma que llevarse a la boca, que diría Gil de Biedma.

Voy a cantar La Internacional. No levantaré el puño, tengo contracturado desde el cuello hasta el hombro. De perfil parezco Nefertiti.

Spotify: La Internacional